martes, 4 de diciembre de 2012

Conflicto en Colombia - Cecilia Sanz


Cecilia Sanz Cardeñosa
Martes 4 de diciembre                                                                 



El asesinato de 20 rebeldes de las FARC en un bombardeo empaña las negociaciones de paz

Pese a que actualmente se había establecido un supuesto proceso de paz, los operativos de las fuerzas militares colombianas no han cesado. Mientras siguen en Cuba las negociaciones entre el Gobierno y la guerrilla, este lunes se supo que tropas del Ejército y la Fuerza Aérea asaltaron el domingo un campamento guerrillero.  Durante el ataque a la columna móvil “Mariscal Antonio José Sucre” en el departamento de Nariño, al sur del país, fueron abatidos al menos 20 guerrilleros. Además, fuentes militares aseguran que entre los fallecidos se encuentra el cabecilla de esta unidad de las FARC, alias Guillermo Pequeño.
El grupo armado aún no se ha pronunciado al respecto. Lo que sí que es cierto, es que el mismo día que comenzaban las negociaciones, sólo la guerrilla anunció un alto el fuego unilateral, al que no se sumaron las fuerzas de seguridad del Estado. Por su parte, el Gobierno colombiano afirmó que sólo cesará la persecución a los rebeldes cuando se haya logrado un acuerdo definitivo, con el correspondiente abandono de las armas.
La reacción del presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, no se ha hecho esperar. En un contundente discurso pronunciado el sábado, concluyó que si la guerrilla quiere pasar de las “balas a los votos y hacer su política”, debe dejar definitivamente las armas. Además, ha establecido noviembre de 2013 como fecha límite para el proceso de paz. El presidente también tuvo que pedir paciencia a la opinión pública colombiana, ya que “se están discutiendo unos temas muy complejos”, y no se puede exigir unos resultados inmediatos.
Las declaraciones de Santos se produjeron horas después de la publicación de una entrevista a Sara Ramírez, miembro del equipo negociador de la guerrilla y expareja del máximo dirigente de las FARC Manuel Marulanda Vélez, Tirofijo. Las intervenciones de Ramírez revelaban que el grupo armado tiene en su poder a militares colombianos. Además, afirmó que la intención principal es la de proponer que estos sean intercambiados por prisioneros de la guerrilla que se encuentran en las cárceles colombianas.
De esta manera, las FARC trata de añadir inesperadamente nuevas condiciones para la negociación. Y esta no sería la primera vez. El jefe del equipo negociador del Gobierno, Humberto de la Calle Lombana, se ha apresurado a rechazar la propuesta, para que de esta manera no entre si quiera en la agenda de las conversaciones. Los continuos cambios de rumbo de los argumentos avanzados por las FARC han sido criticados por diferentes sectores políticos. Incluso se ha acusado al grupo armado de emplear el mismo proceso de paz como estrategia para ganar tiempo y rearmarse.
Las negociaciones para el proceso de paz, que comenzaron el pasado 19 de noviembre después de haber sido aplazadas cuatro días, se caracterizan por la controversia. En un discurso anterior, Santos ya tuvo que reprochar a los guerrilleros las filtraciones de ciertos temas de la negociación a los medios de comunicación. Además su postura fue tajante: “no habrá paz” si las filtraciones continúan. Mientras que ninguno de los negociadores del Gobierno ha dado declaraciones a la prensa, la guerrilla ha optado por una estrategia diversa, haciendo anuncios diarios a la entrada del Palacio de Convenciones en La Habana, lugar donde se llevan las negociaciones. Alguno de los negociadores del gobierno sí que se han pronunciado, aunque solo haya sido, como es el caso de Humberto de la Calle, para anunciar que, por su parte, “no se negociará a través de los micrófonos”. 

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