Elisa Sánchez Caballero. 2 de diciembre de 2012.
La ONU reconoció el pasado jueves 29 de
noviembre a Palestina como Estado observador, estatus que comparte con El
Vaticano. Esta decisión ha suscitado un enorme revuelo internacional y sería
interesante reflexionar y analizar algunos puntos clave de esta nueva
situación.
Demanda de la petición ante la ONU
La cuestión se sometió
a votación en la Asamblea General de las Naciones Unidas. La Asamblea cuenta
con 193 estados miembros y para ser declarado “Estado observador” no necesitaba
el visto bueno precio del consejo de Seguridad, sino que bastaba con el apoyo
de la mayor parte de la Asamblea.
Anteriormente, el 23
de septiembre de 2011, Palestina había
solicitado ser un miembro de Pleno derecho de la ONU, pero para ello necesitaba
el apoyo de nueve de los quince miembros del Consejo de Seguridad. La demanda
fue bloqueada por la oposición de Estados Unidos.
Resultado de la votación
138 países se pronunciaron a favor, solo nueve en contra y 41 se abstuvieron.
Resultado de la votación
138 países se pronunciaron a favor, solo nueve en contra y 41 se abstuvieron.
Los países que votaron en contra son: Estados Unidos, Israel, Canadá, Panamá,
República Checa y varias naciones del Pacífico: las islas Marshall, Micronesia,
Nauru y Palao.
Qué es un Estado observador
Este nuevo estatus
supone un reconocimiento indirecto de Palestina como Estado; tendrá acceso a varias agencias del sistema de la ONU, como Unicef (Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura) y la OMC (Organización Mundial del Comercio) y también a tribunales internacionales como la Corte Penal Internacional. Además, se le aplicarán los tratados internacionales, como las Convenciones de Ginebra (que regulan el derecho de la guerra y establecen estándares del derecho humanitario internacional)
¿Qué amenazas han
lanzado Estados Unidos e Israel a Palestina ante la admisión?
Estados Unidos, que
votó contra la resolución, ha amenazado con no otorgar los 200 millones de
ayuda prometidos a Palestina.
Israel por su parte amenazó con bloquear los impuestos
que el país recauda en nombre de la Autoridad Palestina así como reducir el
número de permisos de trabajo a palestinos e incluso amenazaron con derogar los
acuerdos de paz de Oslo del 93. Matizaron que las consecuencias variarían en
función de cómo utilice Palestina este nuevo ‘derecho’: "Si los palestinos
utilizan esta resolución como un instrumento de enfrentamiento, actuaremos en
consecuencia (...) Pero si no es el caso no tomaremos medidas severas".
Además, la embajada Israelí en Estados Unidos ha divulgado un vídeo mofándose del viaje que realizó el líder palestino Abás, para pedir el cambio de estatus de Palestina a la ONU. Israel alega además que el acuerdo que firmó con Palestina en el 96 decía que “ninguna de la partes deberá tomar medidas que cambien el estatus de Cisjordania, o la franja de Gaza” por lo que esta votación en su opinión, violaría estos acuerdos e invalidaría todos los anteriores.
¿Qué argumentos ha dado
España para avalar su decisión?
El ministro de Asuntos
Exteriores, García-Margallo, antes de la votación, anunció que España apoyaría
a Palestina por “coherencia con nuestra historia y para aproximarse a la paz”. Defendió
que no tendría que haber sido necesario llegar a la votación y que la comunidad
internacional tendría que haber sido capaz de ofrecer una solución alternativa
a los palestinos. Además alegó que "la mejor fórmula para llegar a esa
solución es la negociación entre las partes y que la única forma posible para
que esa negociación llegue a buen puerto es que haya negociadores
fuertes".
También defendió la
importancia que tendría un voto unificado en la Unión Europea, y ha dicho que
España “trabajó hasta el último segundo” para conseguir esta unidad, pero que
al final cada país votará de forma independiente.
El gobierno considera que
dar el “sí” es actuar justamente, y lo más útil para conseguir la paz ya que
supone un apoyo a Abás, el líder de ANP, y una crítica contundente a Hamás, a
los “extremistas que no cesan la violencia”.
Posibles consecuencias
Este reconocimiento de Palestina como Estado Observador No Miembro, sin el acompañamiento de una efectiva cooperación internacional que garantice y sostenga el desarrollo real de ese Estado, hará que tengamos dos Estados (Israel y Palestina), pero en condiciones extremadamente desiguales. Hay que seguir organizando acciones internacionalistas concretas y decisivas hacia Palestina.
Una de las
principales consecuencias que se espera que traiga consigo el reconocimiento de
este derecho para Palestina es el hecho de que Israel “mida mucho más” sus
acciones “antes de agredir al pueblo palestino”. Muchos países han considerado
la votación como algo “decisivo” para volver a impulsar un proyecto de paz que
llevaba en standby demasiados años, por
culpa, el parte, de la pasividad internacional
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